Bienvenido al Blog de Pascual Hurtado



sábado, 23 de noviembre de 2013

UNA INMENSA PIEL






Excelente artículo de KOLDO ALDAI, que clama a las conciencias


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Quizás sólo nos falte comprender que a todos los humanos nos recubre una misma piel.

La colorean diferente pigmentos, la bañan estos y aquellos océanos. Quizás todos calzamos una misma epidermis, extensa, azotada por los diferentes vientos, templada por los variados soles, acariciada y arañada por tantos azares.

Las pieles del mundo son nuestra piel, abrigan nuestro propio cuerpo.

        La cuchilla que hiere su envoltura también sangra la nuestra.


Un solo corazón,
una sola piel,
una sola humanidad.


Sólo reclamamos a los políticos, sólo nos pedimos a nosotros mismos las cuchillas sin filo, el hierro romo. Sólo queremos cubrirnos con una inmensa y compartida piel sin heridas.


Las hojas afiladas, recién reinstaladas,
en la verja de Melilla,
producen profundos cortes
en las manos y piernas de los inmigrantes.


Ante la intensificación del flujo inmigratorio desde África, no decimos que deba necesariamente mediar el abrazo, la calurosa y masiva acogida, cuando aquí también medra la necesidad, pero


¡ CUCHILLAS, NO !


No más hierro afilado contra el humano-hermano, contra el subsahariano necesitado.

Algo falla en este mundo que afila tanto las cuchillas y levanta tanto sus muros.

Algo no hicimos bien, cantan las verjas ensangrentadas.

La demagogia ante un problema cede cuando nos proclamamos parte responsable del mismo, implicados en la solución. No aspiramos por lo tanto a ensayar ese barato ejercicio.

La sangre en las verjas de Melilla no es sólo un grito urgente a la clase política para que retire las polémicas cuchillas, que hasta el fiscal general ha denunciado, es también un reclamo apremiado al corazón de cada uno de nosotros para compartir cada día más, para contribuir a mermar el abismo entre Norte y Sur.

Hay un evidente fracaso humano en esas altas y agresivas verjas, derrota que nos interpela a cada uno de nosotros/as, no sólo a la categoría dirigente.


Hay una invitación a reinventarnos como humanidad,
a rehacer nuestras relaciones
sobre una base de fronteras más abiertas,
de corazones más solidarios.


Cede el tiempo de los balones fuera, de las responsabilidades siempre en los de arriba. Nuestro siguiente reto evolutivo estriba en la creciente asunción de responsabilidades en el seno de la gran familia planetaria.

No proceden los alambres de espino y cuchillas para separar las dependencias de nuestra casa común.


Tiene que haber un planeta ancho que temple un poderoso astro,
un entrañable sol;
tiene que haber una tierra de hermanos
a la vuelta de todas estas alambradas,

de esa carne desgarrada,
de estas geografías tan separadas.


Koldo Aldai, 21-11-13

jueves, 7 de noviembre de 2013

MUJER SAGRADA......no P......





Lúcido, Brillante, Emocionante, Inspirado, Hermoso.......y a la vez TRISTE...............este magnífico Artículo de KOLDO ALDAI.

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Trescientos cuarenta y tres intelectuales franceses  han suscrito un manifiesto a favor de la prostitución, cuyo título reza:

“No toques a mi p.”

Mejor huérfanos. Mejor que nos  guíe el viento, la intuición, las estrellas... No podemos ser conducidos por cierta intelectualidad “progresista”, so pena de abocarnos a profundo abismo. Mejor nos conduzca la propia vida que es entrega, generosidad, pureza, armonía…

Debieran estar siempre juntos:

El amor es al sexo ,
lo que el agua a la planta,
lo que el aire a los pulmones,
lo que la sal a la mesa...


Todo el oro del mundo no debiera valer para comprar los labios de una mujer.


Hay néctares sin precio de mercado, sólo asequibles a una incondicional donación, cuya única letra de cambio lleva por nombre fidelidad.

Hay gozos que nunca debieran estar sujetos a monedero.

No es purismo de púlpito, no se trata de una cuestión religiosa, sino de una ética universal que ha de ir progresando, una ética crecientemente consensuada que frene las derivas intelectuales, que ponga límites a la compra venta, que recoja todas las dignidades.

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 “No toques a mi p”,

dicen los “intelectuales” de al lado, pero ella era tierra sagrada antes de que nadie entrara en su cama y le pusiera torpe mano encima.


La intimidad no debiera estar sujeta al saldo de una cuenta,
sino a la ternura y el amor en la punta de los dedos.


Lo sagrado no está a la venta, no tiene  precio,
por ello precisamente no se cotiza.


Los pechos de la nutridora, de la sostenedora no se profanan.

El cuerpo de la mujer, de la madre, de la compañera, de la hija… es bendito.


Todo el respeto a quien engendra la vida. La semilla del hombre también es sagrada. De ahí igualmente el error de tirarla en pensiones, hoteles y lupanares. El líquido más preciado perpetúa el futuro, acerca a las nuevas generaciones, trae las nuevas nanas…, tampoco se derrocha.


La libertad acaba en el preciso lugar en el que empieza la denigración ajena.

Ella no es p. Ella puso en venta su cuerpo, sin saber que no tiene precio, sin reparar en que habitaba la tierra más sagrada.

El mal de esta civilización materialista es que desconoce cuando holla tierra sagrada.

Podemos hablar de la piel de la mujer, pero igualmente podríamos hacerlo de la epidermis de la Madre Tierra, o de las entrañas de los mares… La evolución humana puede tener que ver con el ensanchamiento de los ámbitos protegidos. En este sentido, no está de más preguntarnos si la química del anticonceptivo es tan diferente de la que envenena los campos y adultera nuestros alimentos. Huelga la provocación en la pregunta de si no debiera pulsar libre la vida en todas las geografías.


Hemos perdido en gran medida la noción de lo intocable. Sí, siempre ha habido prostíbulos, pero no había quien se atreviera a justificarlos. Sí, la prostitución será el oficio más antiguo, pero nadie arengaba en los periódicos en su defensa. Por lo demás,

lo antiguo no apuntala necesariamente el futuro.
Sí un presente más consciente,  responsable y solidario.


Yerran los “intelectuales” allende los Pirineos. Ella no es p. Nadie merece ese nombre. Ningún hijo/a de Dios ha de ser nombrado/a por ese calificativo. Se impone un trato más digno.



Piel con piel, sólo mientras que medie el amor, nunca el dinero.

No la toques. Ella es todas las madres. Ella es un ser maravilloso.

No la desnudes, no la manches…

Ella no es tuya.
Nunca lo será, por más billetes que dejes en su mesilla.


Koldo Aldai, 2 noviembre 2013


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