Bienvenido al Blog de Pascual Hurtado



domingo, 23 de marzo de 2014

DIARIO del ÚLTIMO NIÑO PERDIDO



(Basado en textos creados por HAZTE-OIR.org)


Viernes 7 de marzo


Querido diario:

Nunca escribiré un diario.
Los niños perdidos no escribimos diarios.
¿A quién interesa lo que le pasa a un niño perdido para siempre?
Mi historia es que no tengo historia.
Esta voz no es la mía, porque yo no tengo voz.


Soy el expulsado de la historia.
Soy al que le apagan la voz.
Soy el que va a nacer y no nace.
Soy el que se perderá en último lugar, para que ningún otro vuelva a perderse.
Soy el que no llegará a tiempo, la gota de sangre que colmará todos los sumideros.
Soy el último niño perdido justo antes de abolirse el aborto en el mundo.


Si me escuchas, si estás leyendo mi diario, si soy real para ti, es porque
otros hablan por mí y escriben mi historia
para que llegue el día en que no habrá más niños perdidos.






Sábado 8 de marzo


Querido diario:

Si no fuera porque voy a ser el último niño perdido de la historia de la Humanidad,
si no fuera porque mi historia tiene que tocar fondo
para que pueda salvarse el niño que viene detrás de mí,

me gustaría nacer sólo para poder leer el cuento de Carlo Collodi
y ver la película de Steven Spielberg
sobre esa criatura…… (¿Niño? ¿Humano?)…….que,

después de perderse,

busca a su madre con un instinto más fuerte que todas sus células y circuitos biónicos.


Aunque, pensándolo mejor, quizá todos los niños perdidos tenemos
un hada azul que hace el milagro.

Tal vez las hadas azules de los niños que un día serán rescatados,
los niños que vivirán y serán amados y leerán Pinocho,
son personas sencillas, emprendedoras, generosas y no muy conscientes de sus super poderes.






Domingo 9 de marzo


Querido diario:

Tú me has creado. De no ser por ti, yo no sería el último.
Otros después de mí seguirían perdiéndose,
igual que millones más fueron borrados antes de mí.


El aborto no acabaría nunca.
Al nombrarme, al escribir mi historia (ya que yo no podré hacerlo),
no sólo creas al último ser humano abortado con deliberada violencia,
no sólo sueñas a todos los niños que vivirán,
sino que reconoces también a todos y cada uno de los niños suprimidos antes que yo.


Les das una historia, un significado.
Ser el último es ser testigo.

Mi historia no es sólo la del último niño perdido.
Es la historia de la abolición del aborto.
La historia del triunfo de la vida sobre la muerte;
del cuidado de los otros sobre la violencia.

Ya ha comenzado a escribirse y no se detendrá.

Sus páginas son entradas de un diario escrito por cada hombre y cada mujer que hacen algo,

a cualquier hora y en cualquier lugar del mundo,
por la derogación de las leyes

que convierten el aborto en un derecho.




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