Bienvenido al Blog de Pascual Hurtado



martes, 12 de junio de 2012

FINANCIAR la ESPERANZA


 
Transcripción integra del artículo de KOLDO ALDAI
Publicado el pasado 6 de Junio

 
Dicen que se acerca ya el ansiado dinero de Bruselas. Quizás pararnos y primero pensar lo que queremos financiar, quizás detenernos y reflexionar sobre el empleo de esas ingentes sumas.

Todo apunta a que esa gran ayuda irá a parar a los bancos insaciables, a una producción en importante medida desnortada.

Financiar más de lo mismo o atrevernos a creer que otro modelo basado en

el compartir y el cooperar es posible
y por lo tanto inyectar el dinero en ese empeño.


  • No queremos nuevos y supersónicos coches, nuevos y superfluos bienes.
  • No queremos más e inconsciente consumo.


Queremos pan y futuro para todos los hermanos que pueblan esta tierra bendita.

  • No queremos comprar más,

Queremos ser más, crear más, amar más…


Nos asfixia una omnipresente publicidad que jamás habla a nuestras verdaderas necesidades, que nunca atiende las demandas de nuestra alma.

  • No queremos lo último de la última gama de aparatos…,

Queremos que los últimos de las tierra se sienten a nuestra misma mesa
y juntos compartamos un mismo y más feliz destino.
Ahora o quizás ya nunca.


Hay que reinventar el mundo y nuestra relaciones.

Pensamos que la economía era ocuparnos de nosotros mismos, cuidar de nuestros deseos y caprichos inmediatos y nos equivocamos de forma flagrante y dolorosa.

Ahora sabemos que la economía es el arte de sostener la comunidad y la Vida y sus Reinos; es la oportunidad de proporcionar bienes y servicios al conjunto, ya nunca jamás de hacer subir y subir, a saber a consta de qué y de quién, los números de nuestra cuenta.

  • No, no queremos dinero de Bruselas,

 Queremos repensar la civilización, antes de que sea demasiado tarde, antes de que este modelo económico se torne por completo insostenible, antes de que no quede tierra y agua puras para los nuevos humanos que ya están llegando.

No, no somos economistas.

No conocemos más "prima" que aquella que nos sonrojaba con sus ojos azules y su mirada inocente, aquella que suspirábamos ver al otro lado del mantel de la ancha familia.

"Riesgo" era sólo el temblor en su ansiada vera.

Nos hablan de deuda y necesariamente hemos de recordar a los animales cruelmente enjaulados, masiva y diariamente degollados; obligatoriamente evocamos el agro intoxicado. No sabemos de economía pero amamos la tierra y los árboles y los mares y los ríos y deseamos defenderlos y deseamos por siempre vivir en armonía y unión con ellos.

No, no sabemos de economía,

pero sí de relaciones fraternas, sí de respetar y venerar el sudor ajeno, aunque se vierta en frentes que están al otro lado del mundo.

No sabemos de economía,

pero alcanzamos a comprender que no es de ley enriquecerse a costa del trabajo del otro, especular a costa del terceros, porque se tiene la cartera más llena y se conoce mejor la jugada. No concebimos beneficio a golpe de ratón.

No, no sabemos de la economía que se maneja

desde lejanas y autistas pantallas.

Conocemos la pequeña y más real economía, aquella a ras de suelo y del milagro una y otra vez renovado de la semilla, aquella economía voluntariosa alejada de los edificios "inteligentes" y los centros financieros.

Sabemos de la economía del gozoso esfuerzo, de la azada que nos rinde, de las manos que se pierden en esta o aquella masa, del disfrutar los sabrosos frutos de ese agotamiento… Inundan los campos de gigantes máquinas, contribuyen a envenenar la tierra, a matar los mares y los ríos… y después nos dicen que eso es progreso.

Que se quede el dinero en Bruselas si va a engrasar:

      • la misma producción sin conciencia,
      • la misma economía del sálvese quien pueda,
      • la misma macrolocura de plástico y antojo,
      • de supuesta felicidad a corto plazo. 

No sabemos de economía,


pero sabemos dónde vamos, discernimos lo qué queremos. Nos consta que un mundo y un tiempo se acaban y felizmente arrancan otros. Sabemos que una civilización materialista y de propio ombligo se derrumba y otra tímida, silenciosa, de manos y corazones abiertos, cargada de futuro y esperanza, despierta.

No, no queremos dinero de Europa para repetir la misma y agotada trastada. Ahora ganemos todos, sobre todo gane la Madre Tierra que lleva tanto tiempo perdiendo, sobre todo ganen las futuras generaciones que llevamos tanto tiempo olvidando, sobre todo gane un nuevo orden solidario, una nueva justicia, una nueva paz y belleza compartidas sobre la faz de este mundo.

Sostenibilidad es observancia de la ley de la solidaridad universal.


Que se ayuden y financien los sectores, iniciativas y desarrollos solidarios con el presente y con cuantos, humanos o no, lo habitamos, con el futuro y con cuantos heredarán este aún maravilloso escenario.


De la capital de Europa viene ya un blindado cargado de dinero, pero nosotros/as lo que necesitamos es un recargo de fuerza y de fe, de convencimiento de que podemos hacer las cosas de otra forma, para que por fin nadie se quede a la cola, para que nuestros ríos canten de nuevo alegres y nuestra tierra sonría reverdecida, colmada de frutos sanos.



Koldo Aldai, 6 junio 2012
Fundación ANANTA

domingo, 3 de junio de 2012

Sobre JESÚS de NAZARET

Copio íntegramente el breve texto de D. J.A.PAGOLA publicado hoy mismo.
En mi opinión es extraordinario, no tiene desperdicio: MAGISTRAL.



EL MEJOR AMIGO
           

En el núcleo de la fe cristiana en un Dios trinitario, hay una afirmación esencial: Dios no es un ser tenebroso e impenetrable, encerrado egoístamente en sí mismo. Dios es Amor y solo Amor. Los cristianos creemos que en el misterio último de la realidad, dando sentido y consistencia a todo, no hay sino Amor.

          Jesús no ha escrito ningún tratado acerca de Dios. En ningún momento lo encontramos exponiendo a los campesinos de Galilea doctrina sobre él.

Para Jesús,
Dios no es un concepto, una bella teoría, una definición sublime.
Dios es el mejor Amigo del ser humano.


          Los investigadores no dudan de un dato que recogen los evangelios. La gente que escuchaba a Jesús hablar de Dios y le veía actuar en su nombre, experimentaba a Dios como

una Buena Noticia.

Lo que Jesús dice de Dios les resulta algo nuevo y bueno. La experiencia que comunica y contagia les parece la mejor noticia que pueden escuchar de Dios. ¿Por qué?

·        Tal vez lo primero que captan es que Dios es de todos, no solo de los que se sienten dignos para presentarse ante él en el templo.

·        Dios no está atado a un lugar sagrado. No pertenece a una religión. No es propiedad de los piadosos que peregrinan a Jerusalén.

·        Según Jesús, "hace salir su sol sobre buenos y malos".

·        Dios no excluye ni discrimina a nadie.

·        Jesús invita a todos a confiar en él: "Cuando oréis decid: ¡Padre!".
         

Con Jesús van descubriendo que Dios no es solo de los que se acercan a él cargados de méritos.

Antes que a ellos, escucha a quienes le piden compasión porque se sienten pecadores sin remedio.

Según Jesús, Dios anda siempre buscando a los que viven perdidos. Por eso se siente tan amigo de pecadores.

Por eso les dice que él "ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido".



·        También se dan cuenta de que Dios no es solo de los sabios y entendidos.

·        Jesús le da gracias al Padre porque le gusta revelar a los pequeños cosas que les quedan ocultas a los ilustrados.

·        Dios tiene menos problemas para entenderse con el pueblo sencillo que con los doctos que creen saberlo todo.


          Pero fue, sin duda, la vida de Jesús, dedicado en nombre de Dios a:

·       aliviar el sufrimiento de los enfermos,
·       liberar a  poseídos por espíritus malignos,
·       rescatar a leprosos de la marginación,
·       ofrecer el perdón a pecadores y prostitutas...,

lo que les convenció que Jesús experimentaba a Dios como

               el mejor Amigo del ser humano


que solo busca nuestro bien y solo se opone a lo que nos hace daño. Los seguidores de Jesús nunca pusieron en duda que el Dios encarnado y revelado en Jesús es Amor y solo Amor hacia todos.


José Antonio Pagola