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lunes, 30 de septiembre de 2019

Sobre los milagros Eucarísticos



Tomado de la publicación
CARI FILII
30 Septiembre 2019





Habla la ciencia: "Es un corazón vivo en sufrimiento".

Cinco milagros eucarísticos estudiados por la ciencia. Un reconocimiento al Sagrado Corazón


El cardiólogo Franco Serafini analiza los cinco milagros eucarísticos que han sido examinados por la ciencia y los compara con los informes científicos sobre la Pasión de JESÚS. El cuadro que sale es asombroso:
“Un diagnóstico clínico preciso, puntual y detallado
que coincide perfectamente con lo que leemos en los Evangelios“

 “Un corazón sangrante, que pertenece a un hombre joven, golpeado y condenado,
oprimido por un estrés severo de tipo psico-físico y que,
desde hace dos días,
 se encuentra suspendido entre la vida y la muerte”.

Es esta la descripción concreta de aquello que reciben los fieles católicos en el momento en el que el sacerdote pone en su lengua la Hostia consagrada. Y bien: no estamos citando la visión mística entregada por DIOS a uno de sus santos. Esta vez es la ciencia la que habla claro y de manera irrefutable.
Lo revela el Dr. Franco Serafini en su libro:

Un cardiólogo visita Gesù.
I miracoli eucaristici alla prova della scienza

Un libro imprescindible que reúne los cinco milagros eucarísticos revisados por la ciencia médica:

Lanciano                (Chieti, Abruzos, Italia, siglo VIII)
Buenos Aires         (1992-1994-1996)
Tixtla                       (Guerrero, México, 2006)
Sokółka                   (Polonia, 2008)
Legnica                   (Polonia, 2013)


A estos se les añadiría un sexto, el milagro de Betania (1991), deliberadamente apartado de la tramitación por razones que expone el autor.

El cardiólogo nos introduce así en la enorme mole de trabajo que tuvo que afrontar, revisando personalmente todas las investigaciones realizadas en los últimos cincuenta años y colaborando, cuando fue posible, con los primeros científicos que “trataron” las reliquias.

El resultado es un cuadro sorprendente:

“Un diagnóstico clínico preciso, puntual y detallado que no entra en conflicto,
más bien coincide,
con lo que leemos en los Evangelios y recibimos de la Tradición católica“.

Pero procedamos con orden.

LANCIANO

Un corazón que late desde hace trece siglos
Todo nace con el milagro de Lanciano (Abruzzo, provincia de Chieti). En cierto modo se trata de un outsider respecto al complejo de los milagros eucarísticos citados, pero tal vez (también debido a esto), es el preferido del Dr. Serafini: dice el cardiólogo

“Es un prodigio misterioso que tiene características increíbles.
Si bien es poco valorado, se puede decir tranquilamente que estamos
ante una de las más importantes reliquias de la cristiandad,
que sobrevive dese hace trece siglos.
Además ha sido un milagro absolutamente generoso:
no se trata de una Hostia que ha sangrado ‘un poco’:
ese día todo el Pan se convirtió en Carne y todo el Vino en Sangre“.


Dicho milagro se sale de la norma por dos razones: ante todo, es el único que no pertenece a la época moderna: se produjo en el siglo VIII. En segundo lugar se diferencia por las modalidades específicas con las que se manifestó. Los milagros eucarísticos recientes, de hecho, se han producido casi todos después de la “eliminación” de una Hostia consagrada e irremediablemente comprometida.

Para quien no lo sepa, recordamos que en estos casos el procedimiento canónico prevé poner la partícula en un recipiente de agua hasta que se disuelva completamente, durante pocos días. Después, el agua de la ablución tiene que revertirse y guardarse en el sagrario.

Pues bien, es este el pasaje que se produce en el prodigio, puesto que la Hostia consagrada, en vez de disolverse, se “transforma” en carne y sangre: así ocurrió en Buenos Aires, en Sokółka y en Legnica. En Lanciano no fue así: el prodigio ocurrió, puntualmente, durante la Consagración eucarística, afectando por entero no solo a la Hostia, sino también al Cáliz. Además, señala Serafini:


“Me gusta porque es un milagro que persiste y nos acompaña
desde hace más de 1300 años,
transmitido ininterrumpidamente de una generación a otra: esto es muy reconfortante”.


El doble milagro, cuerpo y sangre, en el milagro eucarístico de Lanciano. Hay, de hecho, una “historia en la historia”: así como en el siglo VIII el monje de San Basilio había dudado de la real presencia de Cristo en las especies eucarísticas (duda gracias a la cual se produjo el prodigio), del mismo modo los monjes franciscanos de la generación pasada se encontraron en herencia una reliquia poco conocida y bastante “difícil”, y también ellos estuvieron llenos de grandes dudas. Por este motivo, en 1970 los religiosos le pidieron al profesor Odoardo Linoli que realizara una serie de estudios científicos. Fue así cómo, de la segunda duda, nace el segundo milagro porque, precisamente gracias a esos análisis se obtuvo un descubrimiento sin precedentes en la historia:

“El antiguo tejido analizado, se lee en el informe,
presenta las características típicas e inconfundibles de las células cardiacas.
No es sólo que el aspecto microscópico recuerda el músculo cardíaco.
Es toda la estructura macroscópica de la carne la que recuerda a una sección entera del corazón”.

Dicho en otras palabras: el 11 de diciembre de 1970 el profesor Linoli, al exponer a los monjes los primeros resultados de los estudios, escribirá lo siguiente:

“In principio erat Verbum, et Verbum caro factum est”
(En el principio era el Verbo, y el Verbo se hizo carne).

Cuando los análisis estuvieron ultimados, ya no hubo dudas de ningún tipo: la Hostia es carne, y la carne es un corazón humano. Un asombro detrás de otro: en Buenos Aires, en Tixtla, en Sokolka y en Legnica las investigaciones lo confirman: estamos ante un corazón humano.

Pero no acaba aquí la sorpresa:
La ciencia no tiene dudas: la Hostia aún sufre. Hay un aspecto particular con el cual la ciencia puede dar un auténtico valor añadido al fiel que se acerca al Misterio eucarístico y, al mismo tiempo, suscitar un sobresalto en quien aún no cree. Serafini lo cuenta así:

“El tejido cardiaco analizado presenta una doble característica:
por una parte la fragmentación/segmentación de las fibras y, por la otra, la infiltración leucocitaria”.


Traducido: “Esta descripción médica detallada”, explica el cardiólogo,

“nos hace comprender que el sufrimiento de JESÚS no es una cuestión genérica.
O sea,
decir que JESÚS sufrió no es un término vago o abstractamente espiritual.
Al contrario, esto se traduce en conceptos precisos de tipo anatomo-patológico o histo-patológico
de los cuales, como veremos, es posible deducir hipótesis de diagnóstico”.


Pero hay más: los leucocitos están activos, lo que significa que la muestra de tejido, en el momento en que fue recogida para ser analizada, ¡aún estaba viva! Estamos ante un resultado sencillamente inexplicable desde el punto de vista científico. Y Serafini nos explica el porqué:

“Una vez que han sido separados del organismo viviente del que proceden,
o después de la muerte del mismo,
los leucocitos sobreviven en agua, sin disolverse, sólo durante unos minutos, máximo una hora“.

Para comprender la sorpresa de los científicos, basta pensar que, en el caso de la reliquia de Buenos Aires, el tejido estudiado estuvo conservado en agua destilada y sin nutrientes durante más de tres años.

Pero prosigamos. Una vez dicho que el tejido está vivo y sufre, la pregunta surge espontánea: ¿ante qué tipo de sufrimiento nos encontramos? También en este caso el diagnóstico que se prefigura es absolutamente preciso y coherente con el dato de la fe:

“En lo que respecta a la sangre”, detalla el cardiólogo,
“la linfocitosis y la hipogamma-globulinemia encontradas en el laboratorio
 son compatibles con el cuadro clínico de un paciente politraumatizado:
una persona pisoteada, golpeada o víctima de un grave accidente,
sometida a un grave shock,
con una situación de estrés psicofísico agudo o subagudo,
con una línea temporal de uno/dos días desde el comienzo de dicha situación”.


El mismo discurso vale para el tejido cardíaco que nos desvela

“no una enfermedad cardíaca o un infarto que depende de defectos coronarios,
sino más bien un daño severo de estrés mediado por las catecolaminas……
Es decir, hablamos de ese tipo de situación que vemos en las biopsias o en las autopsias de los pacientes
 que han sufrido una grave postración de tipo psíquico, farmacológico o traumático.
 Por ejemplo, en víctimas de un accidente aéreo o en… condenados a muerte”.


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El grupo sanguíneo y… la gracia

De entre los numerosos aspectos en los que se han centrado las diferentes investigaciones, hay uno en particular que, para la ciencia, no admite réplicas. Se trata del descubrimiento del grupo sanguíneo, en esos casos en los que se han realizado los análisis pertinentes. Hablamos de

Lanciano
Tixtla

y de los tres principales lienzos de la Pasión:
la Sindone de Turín
el Sudario de Oviedo
la Túnica de Argenteuil.

El grupo sanguíneo de la túnica de Argenteuil (Francia) coincide con la Sábana Santa y el Santo Sudario de Oviedo.

Y bien, cinco veces sobre cinco se ha encontrado, sin excepción, el mismo grupo sanguíneo: AB. “Este resultado”, explica Serafini,

 “es, como poco, desconcertante,
porque se apoya en un dato de estadística matemática que elimina cualquier duda
sobre la casualidad y la veracidad de estos prodigios eucarísticos”.

El porqué es muy sencillo:

“Cinco informes hematológicos, procedentes de materiales distintos,
separados entre ellos por épocas históricas muy lejanas,
por distancias geográficas -incluso transoceánicas-,
cuatro de los cuales nos han llegado de épocas en las que se desconocía qué eran los grupos sanguíneos y,
por lo tanto,
a mayor razón, imposibles de falsificar..… pues bien, los cinco, según los datos repetidos más de una vez
con metodologías distintas y en laboratorios distintos,
pertenecen siempre al grupo sanguíneo AB”

Se trata de una verdadera bomba estadística que -nos explica el científico con números en la mano-, nos demuestra la autenticidad de los tejidos al 99,99996875%. En pocas palabras, estamos ante un milagro dentro un milagro que, según Serafini, es poco conocido y es infravalorado.

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CONCLUSIÓN

Si el estudio en cuestión tiene el mérito de proporcionar un análisis científico de altísimo nivel, el libro del doctor Serafini tiene un mérito adicional. Partiendo de una pregunta aparentemente retórica, pero fundamental,

 “¿Tiene el hombre de fe la necesidad de una prueba científica para creer en el milagro eucarístico?”

llega a una respuesta final esclarecedora:

“El milagro eucarístico se da como alimento al hombre moderno, se le entrega y ofrece sin reservas
para sostener su fe vacilante, igual que el Pan partido”.

Y lo hace con la infinita humildad y delicadeza de Jesucristo:

“La luz que emana de estos prodigios no es deslumbrante.
Por mucho que algunos resultados científicos sean desconcertantes,
es evidente que el milagro eucarístico se contiene,
se autolimita y no quiere aplastar con su evidencia el frágil tesoro de nuestra fe“.

Es decir, si DIOS quisiera, en su Omnipotencia podría conducirnos a cualquier evidencia científica, suficiente para convencer a cualquiera de Su Verdad. Pero, evidentemente, no es esta la Voluntad de Nuestro Señor. Nos lo dice la fe y nos lo repite la ciencia: JESÚS Eucaristía quiere ser creído, amado y adorado por el hombre libre, que Lo desea con total pasión.

He aquí la Comunión viva con Aquel que nos ama primero: el don de Su corazón.
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lunes, 2 de septiembre de 2019

¿Creemos en la Presencia real de JESÚS......?




La cuestión EUCARÍSTICA


1.     Origen del trabajo
2.     Consideración previa
3.     Reflexiones del Papa FRANCISCO

·       Respondamos estas dos preguntas
·       ¿Para qué sirve la Misa?
·       ¿Qué significa nutrirnos del Pan de Vida?

4.     Ampliación del contexto
5.     Pruebas Evangélicas
6.     ¿De qué nos sorprendemos?
7.     ¿Qué es la Misa?


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1.   ORIGEN del TRABAJO

Hace pocos días leí unas ideas del Papa FRANCISCO, mediante las que hacía catequesis, una vez más, sobre la EUCARISTÍA y la liturgia de la MISA.

Reflexionando sobre sus palabras, sentí el deseo de profundizar en esta cuestión tan importante en la vida del cristiano, el católico más concretamente, puesto que entre los Sacramentos de la Iglesia, ninguno tan vinculado al Misterio, (milagro), como el de la “PRESENCIA REAL de JESÚS, (DIOS)”, bajo las especies de pan y vino: nada hay más “sorprendente” en la vida de la Iglesia Católica…… ni en la espiritualidad de los católicos y de otras comunidades cristianas. (las iglesias ortodoxa, copta, anglicana y algunas denominaciones luteranas).

Aquí están los primeros resultados a los que he llegado en este pequeño trabajo.

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2.   CONSIDERACIÓN PREVIA

La doctrina de la Iglesia Católica sobre la Misa y la Eucaristía puede expresarse esquemáticamente, en palabras como estas que he leído recientemente:

“La Misa es la oración más grande que podamos hacer aquí en la Tierra. Es la manera que tiene JESÚS de invitarnos a una relación familiar, íntima y cercana con Él, mientras estamos de paso por este mundo”.

“Cuando no asistimos ni participamos en la Santa Misa del domingo, (o de cualquier otro día), nos separamos de la obtención de la “Gracia” que necesitamos para alcanzar la Gloria Eterna. Dios no nos obliga a amarlo. Tenemos un verdadero libre albedrío”.

Bajo la certeza por Fe de que JESÚS está misteriosamente presente en el altar, bajo las formas de pan y vino, es comprensible que su proyecto sea que vivamos la misa tan a menudo como podamos, porque toda obra que hagamos en nuestra vida separada de Dios, es poca cosa comparada con el valor de una misa.

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3.   ¿Qué dice Papa Francisco sobre la Misa y la Eucaristía?


Dice recientemente el Papa FRANCISCO:


En estos domingos la Liturgia que se nos expone, en el Evangelio de JUAN, es el discurso de JESÚS sobre el “Pan de Vida”, que es Él mismo, sacramento de la Eucaristía.

El pasaje del Evangelio de Juan (6,51-58) presenta la última parte de ese discurso, y hace referencia a que algunos de entre la gente que se escandalizan porque JESÚS dice:


"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna,
y yo lo resucitaré en el último día"
(Juan 6,54)


El estupor de los que lo escuchan es comprensible. De hecho JESÚS usa el estilo típico de los profetas para suscitar en la gente, (y también en nosotros), constantes interrogantes y, al final, provocar una decisión. Pero, reconozcamos que toda la PALABRA de JESÚS es un interrogante.


·      Respondamos estas dos preguntas:

1.     ¿Qué significa comer la carne y beber la sangre de JESÚS?
2.     ¿Es sólo una imagen, una forma de decir, un símbolo, o indica algo real?

Para responder, es necesario intuir qué pudo ocurrir en el corazón de JESÚS mientras partió el pan para la muchedumbre hambrienta, en el portentoso milagro de la “multiplicación del pan”.
Sabiendo que debería morir en la cruz por nosotros, JESÚS se identificó con aquel pan partido y compartido, y eso se convirtió para Él en el signo del Sacrificio que lo esperaba.
Este proceso tiene su culmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en su Sangre.

¿Qué nos deja JESÚS para unirnos a Él?

Es la Eucaristía lo que JESÚS nos deja con una finalidad precisa:

que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él.

De hecho dijo:

"El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él"
(Juan 6, 56)

"Permanecer": JESÚS en nosotros y nosotros en JESÚS.

La comunión es asimilación: incorporándonos a Él, nos transformamos en Él. Pero esto requiere nuestro “sí”, nuestra adhesión a la fe.


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A veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción:


·      ¿Para qué sirve la Misa?


Hay quien dice: “Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo”.


Pero la Eucaristía no es una oración privada o una bella experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que JESÚS hizo en la Última Cena.

Decimos, para entender bien, que la Eucaristía es memorial, o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de JESÚS: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros. El vino es realmente su Sangre derramada por nosotros.

La Eucaristía es JESÚS mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión Eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos.


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·      ¿Qué significa nutrirnos del Pan de vida?

Significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos.

Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que JESÚS ha hecho.

JESÚS concluye su discurso con estas palabras:

"El que come de este pan vivirá eternamente".
(Juan 6,58)


Vivir en comunión real con JESÚS sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a la vida. El cielo comienza precisamente en esta comunión con JESÚS.


(Hasta aquí las reflexiones del Papa FRANCISCO)



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4.   AMPLIACIÓN del CONTEXTO

Pongamos ahora el tema en un contexto más amplio. Y para ello he aquí un par de interrogantes que propongo intentemos respondernos honradamente:

1.     ¿Creemos que DIOS, (el “incomprensible, el inaccesible, el Creador”), se ha encarnado, se ha hecho hombre en JESÚS de NAZARET, se ha acercado a nuestra existencia, se ha presentado, (incomprensiblemente también), en la Historia de la humanidad, en la persona de JESÚS de NAZARET?

2.     ¿Fue realmente este hombre especial, ese mismo DIOS, creador de todo lo que hay, de todo lo que percibimos en esta nuestra existencia? --- ¿O bien fue una persona extraordinaria, un hombre más, entre todos los que han existido, que indudablemente era “especial” que ha dejado y sigue dejando una huella impresionante en la historia de los últimos 2000 años, huella que persiste de forma incuestionable y sorprendente en la humanidad actual?


Pues bien:

Si por la FE, (lo que entendemos por FE), nuestra respuesta es que sí al primer punto; si respondemos favorablemente al primer interrogante, podemos adentrarnos ahora en la cuestión de la EUCARISTÍA, y consecuentemente en la MISA de la Iglesia Católica.

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5.   PRUEBAS EVANGÉLICAS

Tendremos que convenir en que SI: efectivamente la Eucaristía, como presencia real de JESÚS, DIOS, en el altar, es un hecho, incomprensible, inaccesible racionalmente, muy sorprendente…...pero un hecho como todo lo relacionado con el misterio del DIOS hecho hombre. Podemos pensar que:

JESÚS, quiso hacerlo, pudo hacerlo….y lo hizo.

Realizó el gran misterio de la Eucaristía: su cuerpo y su sangre….presentes en el mundo, en la Historia del hombre y para siempre, mientras el mundo exista, (hasta el fin de los tiempos, según el Evangelio de MATEO).

¿Y cómo podríamos dudarlo, si toda su existencia fue y es un completo, permanente, sorprendente milagro?

Advertirlo lo advirtió.
Anunciarlo lo anunció.

Incluso a costa de que le abandonasen multitud de sus seguidores.

Recordemos una vez más, algunas de las palabras concretas de JESÚS:

"El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida Eterna,
y yo lo resucitaré en el último día"          
(Juan 6,54)


"El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”    
(Juan, 6,56)


“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
El que coma de este pan vivirá para siempre”
(Juan 6, 51-58)


“Yo soy el pan de Vida.
Vuestros padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera”.


 “…....y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”
Juan 6,44-51


“Os aseguro que
 si no coméis la carne del Hijo del Hombre y
no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”

 “El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre.
Del mismo modo, el que me come, vivirá por mí”
Juan 6, 51-58

Y, como fácilmente se comprende, muchos de sus discípulos y de los que le seguían, le abandonaron:

“Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron:
«Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?»

Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle”.
Juan 6, 60-66

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Hasta aquí, según el Evangelio de JUAN, gran parte de las cosas que JESÚS dijo, en torno a este difícil tema sobre el que estamos reflexionando. Difícil por lo misterioso, (aunque puede ser que solo aparentemente).

Hay que considerar que el propio JESÚS se pronunció explícitamente sobre ello y directamente ante sus doce Apóstoles, en circunstancias especiales por lo cercanas, (pocas horas), al momento en que sería sometido a dolor y muerte por manos de sus verdugos:

En el muy íntimo ambiente de la Última Cena, con sus doce discípulos selectos,
en torno a la mesa y en total cercanía, habló JESÚS así:


“Mientras comían, JESÚS cogió un pan, pronunció la bendición y lo partió. Luego lo dio a sus discípulos diciendo:

“Tomad, comed. Esto es mi cuerpo”

Y cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias y se la pasó diciendo:

“Bebed todos que esta es mi sangre……”
Mateo, 26, 26-29
Así lo expresan también Marcos, (14, 22-25), Lucas (22, 15-20) y Pablo (1Cor 11, 23-27).

Repito:
JESÚS quiso hacerlo, pudo hacerlo….. y lo hizo.

Realizó el gran misterio de la Eucaristía: su cuerpo y su sangre….presentes en el mundo, en la Historia del hombre y para siempre, mientras el mundo exista, (hasta el fin de los tiempos).

Y tan sencillo y tan humano como en un pedazo de pan y un poco de vino.

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6.   ¿DE QUÉ NOS SORPRENDEMOS?

DIOS, Creador de todo el universo, de todo lo existente, visible e invisible, que nos rodea, creador de nuestras propias identidades, vino a la Historia. Esto es ya un inabarcable milagro. ¿Cómo puede sorprendernos o escandalizarnos el milagro y misterio de la Eucaristía…..si

¿No nos sorprenden, por ejemplo,

·       ¿El fenómeno de las abejas, esos pequeños voladores, que a centenares de millones pasan su existencia de flor en flor, polinizando, facilitando la multiplicación de todas las plantas inmóviles del planeta?

                     Como dijo EINSTEIN:
“Sin abejas en este mundo, en cuatro años no habría ni árboles, ni hierba, ni animales….. ni hombres”.

·       ¿No nos sorprenden las incomprensibles conexiones de millones y millones de células de nuestros cerebros, capaces de producir otras sorprendentes maravillas, como son la poesía, la música, la pintura, la escultura…….o el amor?

·       ¿Y no nos sorprende el ininteligible milagro del universo: miles y miles de millones de soles, estrellas y planetas, en desordenada armonía, abismo de comprensión para nuestra pobre razón?

Y si no nos sorprenden estos sencillos ejemplos y miles de otros tantos que podríamos reconocer, producto de ese Creador, que tan difícilmente percibimos,

¿Cómo nos va a sorprender cualquier cosa que DIOS, acercándose a nosotros, haciéndose hombre en un hijo de mujer, haya “inventado” un método, sistema o proceso para cumplir con su promesa? :

“Mirad, que yo estaré con vosotros cada día, hasta el fin del mundo”

Así termina el Evangelio de Mateo

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Desde una perspectiva meramente humana, ciertamente acorde con los tiempos actuales, y aún a riesgo de que se perciba como una irreverencia, me atrevería a decir:

¡ Que acierto, qué imaginación !

JESÚS resolvió el hermoso objetivo para cumplir su promesa de estar siempre con nosotros…. Parece tan sencillo, pero tan acertado, que podríamos pensar que es un “invento propio de super premio nobel”.

Pero, no es exactamente eso: es una muestra más, sencilla pero “inmensa”, del

gran Amor de DIOS hacia esta pobre humanidad.

JESÚS, DIOS, está así con nosotros, en nosotros, dentro de nosotros, en nuestra más profunda intimidad, todos los días de nuestra vida.

Y ahí está la Misa: La Palabra y la Eucaristía. El mensaje de JESÚS y la Persona de JESÚS.


Pero no es la posibilidad de que el hombre acceda al Espíritu de DIOS, el “Espíritu Santo”,
O que el “Espíritu” venga a nosotros, lo cual puede suceder y sucede en cualquier momento, lugar y circunstancia.


No.

Es la Persona del DIOS hecho hombre, JESÚS, DIOS mismo, que vivió entre nosotros, vivió como nosotros y murió por nosotros. Resucitó y se fue….……

Pero quedó entre nosotros, en nosotros, bajo la apariencia de algo tan sencillo y tan próximo como un pedazo de pan y un sorbo del fruto de la vid: ¡¡ tan cercano !!

Y desde entonces, eso fue posible y es posible hoy en todo el planeta y todos los días:


Veamos:

·       En el mundo hay aproximadamente unos 450.000 sacerdotes católicos, 4.000 obispos, 600 cardenales y el Papa FRANCISCO.

·       En consecuencia, se realizan al día, por lo menos, 450.000 Eucaristías, Misas diarias, 450.000 milagros de presencia de la “Persona” de JESÚS --- 20, 30,50 cristianos, o más, reciben la Comunión, viven el misterio. Reciben a CRISTO diariamente.

·       Estaríamos hablando de 10, 30, 50 millones o más personas, (quien sabe), en las que se hacen realidad las palabras de JESÚS de la última cena:

·       A lo que debemos agregar las Eucaristías de las otra ramas cristianas que enunciamos antes.


“…….Haced esto en memoria mía”

Lucas (22, 15-20) y Pablo (1Cor 11, 23-27).


Debemos considerar además, la transmisión de misas realizadas en todo el mundo, vía Internet, que hace accesible la MISA a enfermos, ancianos, disminuidos de cualquier índole, habitantes de zonas sin asistencia sacerdotal…...


Fácilmente se encuentran una docena de misas católicas en castellano, retransmitidas por Internet, con audiciones diarias de entre 50.000 y 100.000.

Y, ¿Cuántas Misas televisivas se realizan en otros idiomas?
No tengo conocimiento ni parece imprescindible su número para el tema de estas líneas. Baste saber que existen.

No obstante, a veces me pregunto si no habrá dado acceso DIOS al invento/descubrimiento de Internet para facilitar este inapreciable servicio.    ¿¿??

Otra cuestión es la del misterio de la Comunión espiritual “a distancia”, cuestión de la que no me atrevo ni a conjeturar…..pues todo debe situarse en el ámbito de la FE. En este punto solo me vienen a la mente esas palabras del Evangelio, en el pasaje de la Anunciación del Ángel a MARÍA:

“……porque para DIOS no hay nada imposible”
Lucas 1, 37


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7.   ¿QUÉ ES LA MISA?

En lugar de decir nada sobre lo que es la MISA, pienso que es el momento de ofrecer esta breve exposición/explicación que resume el Padre ÁNGEL ESPINOZA DE LOS MONTEROS: no he leído ni oído algo como lo que tan clara y acertadamente señala este brillante sacerdote en 16 minutos:



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Y llegamos así a los ambiguos razonamientos que se plantean hoy, (quizás se plantearon siempre en la historia de la cristiandad):

Dualidad en absoluto equívoca:

O aceptamos la totalidad del Misterio / Milagro de JESÚS, en su conjunto, en su totalidad, o no aceptamos nada.

Impera la aceptación parcial del Mensaje Evangélico:….
esto sí, esto no.
Esto me gusta…..o puedo entenderlo…. pero esto otro no me gusta,
Eso otro….”es muy fuerte”.

Y está extendiéndose una nueva perspectiva “relativista”de las palabras, de la realidad de CRISTO. Relativismo que alcanza a todo. En EEUU, la tercera parte de los católicos no creen en la presencia real de JESÚS en el altar. Razonamientos relativistas de todo tipo:

“Esto hay que actualizarlo”…..
”Las cosas cambian, la vida es cambio”……
”Esto valía para los antiguos, pero ahora”….

Centrándonos en la cuestión que reflexionamos:

La Eucaristía es un mero recuerdo de la Última Cena…….

”¿La presencia real de JESÚS en el altar…..?”
No, no. Eso es imposible  !!

¿Imposible?
¿Hay algo imposible para DIOS?

Termino focalizando todas estas “relativizaciones”, en el núcleo y centro de la FE cristiana,


¿Hay algo más “fuerte” que la Resurrección del Hombre JESÚS de NAZARET?


algo insólito en la historia de la  Humanidad, que no ha ocurrido en ningún otro momento, ni lugar del mundo, ni en ninguna otra persona, otra cultura, otra época, otro continente…...

Si esta certeza también es relativa, entonces pues, como decía San PABLO a los cristianos de Corinto:

“Si Cristo no ha resucitado, 
vana es nuestra predicación y vana es también nuestra fe”

(1 Corintios 15, 14)



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Septiembre 2019