Bienvenido al Blog de Pascual Hurtado



miércoles, 29 de octubre de 2014

LA PRIMERA CICATRIZ




En recuerdo de mi Madre 

No sabemos de donde venimos …. de que lejano “anterior” hemos sido lanzados a esta existencia.

Y, por supuesto, tampoco sabemos adonde vamos: ninguna rama de la ciencia nos ha dado, ni intentado darnos, ninguna idea, (menos aún, certeza,) acerca del lugar, (si es que existe), al que nuestra mente, o nuestra inteligencia, o nuestro Ser, todo él, o, en fin, nuestra totalidad intangible se dirige, tras el final de la existencia de nuestro cuerpo, que es lo único de lo que tenemos conocimiento y consciencia, lo único que tangiblemente vemos, tocamos y sentimos.

Pero todos nosotros, sin excepción, no solo sabemos, sino tenemos la certeza acerca  "de quien venimos directamente”…… quien nos trajo a este planeta, a esta ciudad concreta, a esta familia, a este lugar.

Y de ello tenemos una “cicatriz” que nos acompaña y nos acompañará toda nuestra vida, como muestra patente de ello:


Llevamos encima en la parte anterior de la cintura, en el llamado “ombligo” la cicatriz del corte que alguien le dio al cordón umbilical que nos unía a una persona, a la mujer que nos trajo a la vida, esa persona única, inigualable, especial y esencial para nuestra existencia: nuestra madre.


¡Hermosa cicatriz que nos une y nos unirá siempre, en vida o en el recuerdo, a esa persona: nuestra madre!

Por eso la madre de cada uno de nosotros es una persona sin igual, insustituible, ………y, ÚNICA.


¿Qué se puede decir de una madre?
¿Cómo se puede alabar a una madre?
¿Como se puede admirar a una madre?
¿Cómo se puede honrar a una madre?


Y si nos ha precedido en el camino a través de esta vida:


¿Cómo se puede recordar a una madre?


No es fácil contestar con palabras. En realidad es muy difícil. Realmente imposible. Acudamos a los sentimientos:

¡ Solamente podemos expresar algo en el AMOR por ella !

Eso podría ser una respuesta adecuada a tantos interrogantes.



¿Cómo se puede expresar y agradecer que nuestra madre nos haya albergado en su propio interior durante nueve meses …….?


Nos ha alimentado, nos ha dado calor, ternura, afecto …. hemos vivido inconscientemente, (¿o quizás no tan inconscientemente?), sus alegrías, sus preocupaciones, sus cuidados, sus privaciones, sus inquietudes, sus ilusiones……….¡Sus esperanzas!


Quizás por eso, por causa de abandonar nuestro primer, cálido y confortable hogar, el interior de nuestra madre, es por lo que cuando nos sacan de él, lo primero que hacemos es llorar ante el desolado mundo en el que nos sentimos abandonados y aislados…...y solo callamos cuando nos acogen de inmediato los brazos de esa mujer y sentimos de nuevo ese constante y conocido tic-tac de su corazón……que hasta entonces ha actuado como nuestro corazón.


Nuestro primer hogar ha sido su propio cuerpo, su interior…..su propia mente, sus pensamientos y reflexiones. Todo lo ha compartido con nosotros, a cambio de nada, sin esperar nada……salvo algo tan grande como traer al mundo a otra persona, a su hija o a su hijo.


Una pequeñez inicial, un ser muy menudo……..pero todo un proyecto de vida, un plan de realización cuyo desarrollo nadie conocía en aquel primer momento, en que un bisturí, o unas simples tijeras, nos produjeron aquella primera cicatriz en nuestro cuerpo, cicatriz que nos acompaña y nos acompañará toda nuestra vida.



Hermosa y extraña cicatriz que nos unirá para siempre
a la primera persona que nos AMÓ y sufrió por nosotros.
y gozó con nosotros:


¡ NUESTRA MADRE !



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2 comentarios:

  1. Estupendo artículo para tenerlo presente hoy.... y de paso todos los días de la vida

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