…….En la Cruz
Reflexionemos
un momento sobre unas palabras pronunciadas por JESÚS en la cruz y en circunstancias en las que muy, pero que muy
difícilmente podía articular sonido alguno:
Es al final de
su vida, en el último instante, con la asfixia a punto de terminar con Él:
Era ya eso de mediodía, cuando se
oscureció el sol y toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. La
cortina del santuario se rasgó por medio.
JESÚS gritó muy fuerte:
-Padre,
a tus manos encomiendo mi espíritu.
Y dicho esto expiró.
(Lucas, 23, 44-49)
Y dicho esto, JESÚS expiró.
Es
realmente el final.
Pues bien, para mí estas siete
palabras, en la traducción al castellano, expresan una gran REVELACIÓN, la última revelación del JESÚS de NAZARET - Hombre, aún con
vida:
-Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Y es a la vez la revelación de la gran esperanza.
Encuentro aquí tres aspectos
esenciales de esta expresión de la gran esperanza para la humanidad,
precisamente por ser pronunciadas estas palabras en el último instante, en el
momento de la verdad:
Todo eso, lo que encierran esas
palabras ya lo había dicho JESÚS, de
una forma u otra tiempo atrás, y en varias ocasiones.
Lo importante para mí es
precisamente que en lo que aquí se expresa en esta exclamación, están resumidas
y condensadas las tres grandes verdades en las que JESÚS creía y nos dejó expresadas para siempre…..y en el momento de
la verdad: el final.
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1.
El PADRE
JESÚS cree
en el PADRE, cree en DIOS, el principio y fin de todo, que
es su PADRE, y que dio a conocer a
toda la humanidad, a través de las enseñanzas ofrecidas a sus contemporáneos:
DIOS es como
un Padre para la humanidad. Lo enseñó en vida y lo repite al final:
Una vez estaba Él orando en cierto lugar.
Al terminar, uno de sus discípulos le
pidió:
-Señor,
enséñanos una oración,
como Juan les enseñó a sus discípulos.
Él les dijo:
-Cuando
recéis decid:
“Padre,
santificado
sea tu nombre,
venga
tu reino.
(Mateo, 6, 5-15)
Pues si vosotros, siendo imperfectos,
sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡Cuánto más vuestro Padre, que está en los
cielos,
dará cosas buenas a quien se las pide!
(Mateo, 7, 7-11)
¿Quien
de vosotros, a fuerza de agobiarse,
podrá
añadir una hora al tiempo de su vida?
Ya
sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad
de
todo eso.
Buscad
primero que reine su justicia, y todo eso
se
os dará por añadidura.
(Mateo, 6, 25-34)
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2.
El ESPÍRITU
-Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu.
JESÚS habla de su Espíritu y “lo
encomienda al Padre”
No está hablando del “ESPÍRITU
SANTO”, el misterio, el abogado que anunciará a los Discípulos que les
enviará para iluminarles, guiarles….
Aquí habla de “SU ESPÍRITU”
Para JESÚS, todo no termina en la
materia; no solo somos materia. La realidad no está solamente en esta vida,
en este planeta. Hay algo más que la materia, el sufrimiento y el dolor en este
mundo.
Todo no acaba con la muerte de la
materia…..porque somos “espíritu”.
Él es materia y espíritu…….así como el resto de
la humanidad.
Evidentemente ya lo había dicho en
ocasiones anteriores, pero, lo importante para mí es que
ahora lo ratifica en “el momento de la verdad”.
Y eso puede tener un valor definitivo.
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3.
La
OTRA VIDA , la VIDA ETERNA
-Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu.
JESÚS ofrece
y entrega al PADRE su Espíritu, le pide que acoja su Espíritu.
Encomienda su espíritu. Entrega,
abandona su Espíritu al Padre, la
parte de su persona que no es materia, que está a punto de acabarse, de
extinguirse.
JESÚS somete
su Espíritu al Padre, a la vez que lo recomienda, lo somete……y lo expresa con
confianza.
La agonía del final no es sino la
entrega de lo mejor del Maestro al PADRE…..y
consecuentemente la entrega de lo mejor de todos nosotros al misterio del más
allá.
¿No
está manifestando aquí claramente la apertura a la otra vida,
a la
vida no terrenal, no perdurable,
a la
Vida Eterna ?
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Si. Ya se que JESÚS había hablado antes de todo esto, de los tres aspectos de su
exclamación al PADRE que he pretendido recoger y subrayar aquí.
Los evangelios son manifiestamente
ricos en enseñanzas y confidencias de JESÚS
a sus discípulos y a muchos oyentes sobre estos misterios, siendo de destacar
lo que recoge el evangelio de Juan, especialmente en la última
cena.
Pero, para mí, lo repito, tiene
particular importancia, en unas reflexiones referidas a JESÚS de NAZARET, el HOMBRE el contenido de la última exclamación/oración/petición
que JESÚS el Hombre explicita al
misterio de Dios justamente en el
último instante de su vida:
-Padre, a tus
manos encomiendo mi espíritu.
Y dicho esto expiró.
(Lucas, 23, 44-49)
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Resumo lo que en esta exclamación yo
percibo, como compendio de la vida de JESÚS:
El “Otro”…..es
DIOS
DIOS
es PADRE
JESÚS,
el Hombre, es cuerpo y Espíritu
(somos
todos cuerpo y espíritu)
El
PADRE acoge
JESÚS
entrega su espíritu al Padre
se
lo encomienda al PADRE
La vida,
para JESÚS…..es Eterna
¿Será esto la verdad……del más allá……del “después”?
No
sé.
Lo que si se, lo que yo “leo” en la
última exclamación de JESÚS de NAZARET
es la certeza que Él tenía sobre ello, sobre la esperanza universal,
certeza manifestada en los últimos segundos de su vida, la hora de la verdad.
¿De la
VERDAD ?
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