(Del Evangelio de hoy, 26 noviembre 2020)
Dos relatos, relacionados….y unidos en el mismo texto:
La destrucción de Jerusalén por los
romanos, pocos años después de
la muerte y
resurrección de JESÚS, (año 70).
El fin de los tiempos, (año ..
¿?)
la venida del Hijo
del Hombre, (JESUCRISTO), con gran poder y gloria.
Y un final esperanzado:
“Cuando
empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza,
se acerca vuestra liberación”
Lucas, 21, 20-28
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El final del texto Evangélico nos hace una invitación muy bella:
Cuando esto suceda,
levantémonos, dejemos la pasividad,
pongámonos en pie,
en actitud de vigilancia, de escucha atenta.
Alcemos la
cabeza como quien tiene la dignidad y satisfacción
de una vida
cumplida y desarrollada como DIOS le pide:
"SE ACERCA NUESTRA LIBERACIÓN"
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Liberación, ¿de qué o de quien?
Hoy hay una tremenda esclavitud en el
interior de la humanidad
y solo en JESUCRISTO nos puede
llegar la liberación definitiva.
La gran tragedia del mundo es
el vacío de DIOS,
la progresiva
ausencia de DIOS,
lo cual nos hace esclavos y a merced
de nuestra pasiones, de nuestros desórdenes y de
nuestros pecados.
Lo que nos lleva a crecientes conflictos,
separaciones, enfrentamientos y odios,
así como a una enorme dificultad para la convivencia de
pueblos y personas.
En consecuencia, nos conduce a una incapacidad para
abrirnos a la vida como servicio,
como amor y como donación a los demás.
Pero el gran mensaje del Evangelio de hoy es que
“Se acerca la venida del Gran Libertador”
Es muy probable que no veamos personalmente la llegada final de JESUCRISTO.
Pero es seguro para todos los humanos la venida del SEÑOR al final de
nuestra vida.
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Oración:
SEÑOR,
Danos la gracia de prepararnos para el día de
nuestra muerte,
que no será la Parusía, el final de la
historia,
pero para nosotros será nuestro final.
Ayúdanos a
no vivir tan dispersos, tan
distraídos, tan mundanos.
Y danos la gracia de mirar este
final de nuestra vida
con Esperanza, con ilusión, con una
sana expectativa,
porque en el fondo se acerca la gran liberación para
nuestra vida y la del mundo,
se acerca la persona misma de JESUCRISTO
Amen
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