Bienvenido al Blog de Pascual Hurtado



martes, 21 de mayo de 2013

Un CUENTO




Un CUENTO de PUEBLO


En un pueblo de las tierras altas, había una mujer llamada PACA, buena mujer ella y además cercana a la Iglesia y a las costumbres piadosas. Hasta practicaba los Sacramentos.

Y entre ellos, muy especialmente la Confesión. Porque, resulta que tenía un vicio muy difícil para ella de evitar, (y lo reconocía). Era la CRÍTICA. En realidad la PACA era una “cotilla”.

¡¡La buena mujer era de criticonaaa.......!!

Y por más que lo intentaba, ese vicio, (ella lo sentía como un pecado), le dominaba: era más fuerte que su voluntad.

Así las cosas, un día, (como era frecuente), fue a confesarse….y, ¡¡lo mismo de siempre!!
La CRÍTICA.


El Párroco le dijo:


“¿Estás arrepentida, hija?”

“Si, Padre", contestó ella.

“¿Estás dispuesta a cambiar?”

“Si, Si, Padre”, afirmó ella vehementemente.

“Y ¿Vas a cumplir toda la Penitencia que te imponga?”

“Por supuesto Padre”, contestó rotundamente.

“Pues vas a hacer lo siguiente”:

·        Coge una gallina de tu corral, de las que coméis de vez en cuando.
·        Sal a tu patio delantero, el que da a la calle.
·        Despluma la gallina y mátala
·        Deja las plumas en el patio que da a la calle….
·        Y después haz lo que quieras: cocinas la gallina y os la coméis o
bien la regalas a alguien. En fin: haz lo que estimes conveniente.
·        Después vuelve y ya te diré…..


La PACA hizo exactamente lo que le mandó el Cura. Y después se dijo, como buena mujer que sin duda era:

“la voy a cocinar y la regalo a alguno de los más pobres del pueblo.
Creo que eso es lo mejor”.

Y tenía razón.

Posteriormente volvió a la Parroquia y contó al Sr. Cura lo que había hecho con la gallina.

El Párroco le dijo entonces:


“FRANCISCA: ahora vas a cumplir la verdadera Penitencia:
Ve a casa, recoge todas las plumas de la gallina y me las traes”.


La PACA, sorprendida y abrumada dijo:


“¡Pero Padre, eso es imposible!  Con el viento las plumas se han volado
en todas direcciones….y qué se yo donde estarán”.


“Pues eso exactamente es la CRÍTICA, hija mía: sale de tu boca pero ya nunca más sabrás hasta donde se ha extendido, ni el mal que has podido producir”.


La buena mujer quedó boquiabierta, entre compungida y avergonzada, pues había comprendido.

¡Y nunca más criticó a nadie!


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