Evangelii Gaudium
--- (1 - 15)
1
El gran riesgo del mundo actual,
con su múltiple y
abrumadora oferta de consumo,
es una tristeza individualista que brota
del corazón cómodo y avaro,
de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales,
de la conciencia aislada.
Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses,
ya no hay espacio para
los demás,
ya no entran los pobres,
ya no se escucha la voz
de Dios,
ya no se goza la dulce
alegría de su amor,
ya no palpita el
entusiasmo por hacer el bien.
**********************************
2
Hay
cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua.
Pero reconozco que la alegría no se vive del mismo modo
en todas las etapas y circunstancias de la vida,
a veces muy duras.
Se adapta y se
transforma,
y siempre permanece al
menos como un brote de luz
que nace de la certeza
personal de ser infinitamente amado,
más allá de todo.
**********************************
3
Puedo decir que los
gozos más bellos y espontáneos
que he visto en mis años de vida,
son los de personas muy
pobres
que tienen poco a qué
aferrarse.
**********************************
4
¿Llegamos a ser plenamente humanos?
¿Cuándo somos más que
humanos?
Cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros
mismos
para alcanzar nuestro ser más verdadero.
Allí está el manantial de
la acción evangelizadora.
Porque,
si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la
vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?
**********************************
5
Tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal
una palabra definitiva o completa sobre todas las
cuestiones que afectan a la
Iglesia y al mundo.
No es conveniente que
el Papa reemplace
a los episcopados
locales
en el discernimiento de todas las problemáticas
que se plantean en sus
territorios.
En este sentido,
percibo la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización».
^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^
Evangelii Gaudium --- (Serie II)
6
Ø La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos
en la vida cotidiana de
los demás,
achica distancias,
se abaja hasta la humillación si es necesario, y
asume la vida humana,
tocando la carne
sufriente de Cristo en el pueblo.
Ø Los evangelizadores tienen así «olor a oveja»
y éstas escuchan su
voz.
**********************************
7
v Sueño
con una opción misionera capaz de
transformarlo todo,
para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje
y
toda estructura eclesial
se convierta en un cauce adecuado para
la
evangelización del mundo actual
más que para
la autopreservación.
v La reforma de estructuras
que exige la
conversión pastoral
sólo puede
entenderse en este sentido:
procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras,
que la pastoral ordinaria en todas sus instancias
sea más expansiva y abierta,
que coloque a los agentes pastorales
en constante actitud de salida
y
favorezca así la respuesta positiva
de todos aquellos
a quienes Jesús convoca a su amistad.
**********************************
8
Dado que
estoy llamado a vivir lo que pido
a los demás,
también debo
pensar
en una
conversión del papado.
Ø
Me corresponde, como Obispo de Roma,
estar abierto a las
sugerencias que se orienten
a un ejercicio de mi
ministerio
que lo vuelva más
fiel
al sentido que Jesucristo quiso darle
y
a las necesidades actuales de la evangelización.
**********************************
9
v
En su constante discernimiento,
no directamente ligadas al núcleo del Evangelio,
algunas muy arraigadas a lo largo de la historia,
que hoy ya no son interpretadas de la misma manera
y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente.
Pueden ser bellas,
pero ahora no prestan el mismo
servicio
en orden a la transmisión del
Evangelio.
No tengamos miedo de revisarlas.
v
Del mismo modo,
hay normas o preceptos
eclesiales
que pueden haber sido muy eficaces en otras
épocas
pero que ya
no tienen la misma fuerza educativa
como cauces de vida.
**********************************
10
Ø
A los sacerdotes les recuerdo
que el confesionario no debe ser una sala de
torturas
sino el lugar de la misericordia del
Señor
que nos estimula a
hacer el bien posible.
Ø
Un pequeño paso, en medio de grandes
límites humanos,
puede ser más agradable a Dios
que la vida
exteriormente correcta
de quien transcurre sus días sin
enfrentar importantes dificultades.
**********************************
11
Salir hacia los demás para llegar a
las periferias humanas
no implica correr hacia el mundo
sin rumbo y sin sentido.
Muchas veces es más bien detener el paso,
dejar de lado
la ansiedad
para mirar a
los ojos y escuchar,
o renunciar a las urgencias para
acompañar
al que se quedó al costado del camino.
A veces es como el padre del hijo
pródigo,
que se queda con las puertas abiertas
para que, cuando regrese, pueda
entrar sin dificultad.
**********************************
12
Si la Iglesia entera asume este
dinamismo misionero,
debe llegar a todos, sin
excepciones.
Pero ¿a
quiénes debería privilegiar?
Cuando uno
lee el Evangelio,
se encuentra
con una orientación contundente:
no tanto a los amigos y vecinos ricos
sino sobre todo a los pobres y enfermos,
a esos que suelen ser despreciados y olvidados,
a aquellos que “no tienen con qué recompensarte” (Lc 14,14).
No deben
quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro.
Hoy y siempre,
“los pobres
son los destinatarios privilegiados del Evangelio”,
y la
evangelización dirigida gratuitamente a ellos
es signo
del Reino que JESÚS vino a traer.
Hay que decir
sin vueltas
que existe un
vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres.
Nunca los
dejemos solos.
**********************************
13
Prefiero una Iglesia accidentada,
herida y
manchada por salir a la calle,
antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad
de aferrarse a las propias
seguridades.
No quiero una
Iglesia preocupada por ser el centro
y
que termine
clausurada en
una maraña de
obsesiones y procedimientos.
**********************************
14
Así como el mandamiento de “no
matar” pone un límite claro
para asegurar el valor de la vida humana,
hoy tenemos
que decir
“NO a una economía de la exclusión y la inequidad”.
Esa
economía mata.
No puede ser que no sea noticia
que muere de frío un anciano en la calle
y que sí lo
sea una caída de dos puntos en la bolsa.
Eso es
exclusión.
No se puede tolerar más que se tire comida
cuando hay gente que pasa hambre.
Eso es
inequidad.
Hoy todo entra dentro del juego de
la competitividad y de la ley del más
fuerte,
donde el poderoso se come al más
débil.
**********************************
15
Hoy en muchas partes se reclama
mayor seguridad.
Pero hasta que no se reviertan la
exclusión y la inequidad
dentro de una sociedad y entre los
distintos pueblos
será imposible erradicar
la violencia.
Se acusa de la violencia a los
pobres y a los pueblos pobres
pero,
sin igualdad de oportunidades,
las diversas formas de agresión y
de guerra
encontrarán un caldo de cultivo
que tarde o temprano
provocará su explosión.
Cuando la sociedad local, nacional
o mundial
abandona en la periferia una parte
de sí misma,
no habrá programas políticos ni
recursos policiales o de inteligencia
que puedan asegurar indefinidamente
la tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario